"Tomar conciencia" es una frase que escuchamos a menudo y a la cual no siempre le prestamos demasiada atención, sobre todo los jóvenes, probablemente porque concluye siendo una frase hecha desvinculada de la realidad. Pero...¿es importante tenerla? Contesto: En primer término conciencia es saber qué pasa a tu lado, qué sucede en tu entorno y qué ocurre en el mundo. Conciencia es adoptar el primer rasgo humano con forma racional: sé que acontece en el universo en el que vivo, por lo tanto, sé que debo hacer para transformarlo. Ahora bien, el segundo interrogante que se me ocurre es ¿si los jóvenes tienen conciencia y, muchas veces (por no decir siempre), más libre, flexible y práctica que los adultos, por qué no podemos avanzar hacia un modelo de convivencia individual y colectivo armónico? ¿Por qué nos cuesta abandonar la agresión implícita (y la otra demasiado evidente) en vez de buscar la tolerancia desde nuestra realidad cotidiana? Se me ocurre pensar que más allá de las transformaciones espontáneas que van generando las sucesivas generaciones en algo falla el sistema, sí, también los adultos, verdad, pero en el fondo hay algo que involucra directamente a los jóvenes: Esta aparente fragilidad de conciencia juvenil es, en buena parte (sino toda), la falta de un Proyecto Personal que pueda insertarse en un nuevo mundo. En el film alemán "La Ola" podemos observar con que métodos sencillos se puede movilizar la juventud entera y, más allá de los fines, vuelve a mostrarnos que el grado de conciencia necesario para revertir el presente es un proyecto posible, y que son los jóvenes los primeros interesados en actuar ante la presencia de estímulos que sacudan el polvo del hastío, el tedio y el aburrimiento. Los jóvenes existen y, lejos de creer que viven sólo para ellos, están expectantes de que nos organicemos para ser organizados. Conciencia sobra, sólo falta la acción coherente de los adultos para que se movilicen a favor de un lugar, de un pueblo y la humanidad entera. La inercia de los jóvenes no contribuye al cambio pero, cuando la juventud se compromete, la realidad pasa a ser un presente que también nos habla de futuro...
Prof. Carlos Cabrera
Alumnos Colegio Nacional de San Miguel (2002)
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